Viajar
Estoy esperando la tarde y la lluvia en un reloj.
Estoy teniendo una pena con la ausencia de tu
amor.
Quiero viajar por las nubes a sueños maravillosos
donde encontrar la luz de las estrellas y el
mar.
Estoy cantando la canción de la noche
que llegó.
Estoy borrando tu rostro del recuerdo de mi voz.
Y me voy a opaises donde no veré al dolor.
Y me voy solito con el perfume del adiós.
Dame un beso de cianuro
Estoy cansado de ser un hombre,
ahora quiero sentir estrellas en mis caderas;
sentir el rímel, besar mis lágrimas
y bailar una estridente canción romántica.
Quiero abrazar el fin de siglo
y pulir la luz de las pestañas
de toda la humanidad que es tan extraña.
Dame un beso de cianuro y carmín
y mátame, mátame de amor.
Mis lentejuelas son bamboleo,
pequeñas hadas de cabaret.
Mi maquillaje es la tormenta
que oculta el miedo que hay en mi ser.
Dame un beso de cianuro y carmín
y mátame, mátame, mátame
de amor.
Yo quiero ver el fondo del mar de todos los corazones.
Rumbo al corazón
En gotas de lluvia,
bebiendo tristeza,
viajando sin nadie rumbo al corazón,
yo sueño que sueñas conmigo dormida
y el brandy embelesa las noches de amor.
Pero esta mañana el sol travestido
de luna encantada bajó a mi estación,
porque al mediodía escribí
tu nombre en el vaho de un vidrio
que en mi piel se esconde.
Rumbo al corazón.
Las noches de amor dejo mi estación,
besando tu nombre rumbo al corazón.
Rumbo al corazón.
Coches de Choque
En la longitud de nuestro beso
florecen accidentes transparentes.
Ya no hay mañanas ni noches
ni niebla vistiendo al desnudo sol.
En el parque del invierno
veo a los cisnes tocar un adios.
Hay coches de choque en las lágrimas,
esas lágrimas que nunca caerán.
Y nuestro amor es el único ser
que queda en este mundo destruido.
En el parque del invierno
veo a los cisnes tocar un adios.
Tu alma en mí
La ciudad está sudando luces de diamante
y eternidad.
La playa del corazón se ha marchado de
esta luna.
Tu alma está en mí y la mía
en tí.
Mi alma está en mí y la tuya en
mí.
Un barquero está sangrando jazmines y
murmullo de azahar.
En la orgía de las medusas las sirenas
me dormirán.
En la discoteca de tus ojos quiero bailar eternamente,
y estar siempre presente en el sexo de tus sueños.
Tu alma está en mí y la mía
en tí.
Mi alma está en mí y la tuya en
mí.
Tu alma está en mí.
Canción pequeña II
Con el número que tiene por delante, la
fecha
10 4 84. Diecinueve (equis, palo, equis).
Me acuerdo de las cosas.
Tenerife. 1: 200.000.
Dos orejas unidas por un clip.
¡Blam, blam, blam!)
Cruzo una puerta.
Otra, otra, otra...
Aquí estoy por fín.
¿Dónde?
Terminais por ver la ternura de lo ojos asesinos.
Botero como marca, Botero como mar.
Invítame a recorrer,
invítame a beber,
invítame a fumar,
invítame a dormir,
a morir,
a vivir,
a gritar.
¡Macarjomen!
Inundaciones
He oido esta noche en la radio
que ha habido inundaciones de lágrimas
en la ciudad de tu corazón.
Y las víctimas son incotnables.
Y ya se duerme el invierno sobre mi cama de angustias,
donde los colores son violencia
y las sábanas largas olas del tiempo.
Los pecados me han alimentado e intoxicado,
pero mis oraciones se han adornado
con un árbol de navidad imaginado en el
verano.
En el bosque
En el bosque, los álamos están llorando.
Porque sus bisagras se oxidan.
En el bosque es otoño
y las putas son cuadros de Rafael.
Negro y carmín.
En el bosque son todas las estaciones de tren.
En el bosque son todas las estaciones de año.
En el bosque, cuando caminas,
matas a las margaritas,
ordenadores del amor, lágrimas.
En el bosque hay ratones que cuando todos duermen,
forman una orquesta y tocan "Amo París"
en el bosque de la casa de campo.
En el bosque son todas las estaciones de tren.
En el bosque son todas las estaciones de año.
Tu mar
Cantan las sirenas dormidas el sueño
que te mece en la latitud de las heridas programadas
por amor.
Ruge el murmullo del mar en tus sienes doradas
y un minúsculo beso se ha posado en tus
labios.
Vuelve ahora, mi amor,
al crepúsculo de las perlas grises.
La luna me da su bocanada de humo añil
para caer de rodillas ante tí y ante tu
mar.
Maldita
Maldita tierra.
Maldita lluvia.
Maldita lumbre.
Maldita sangre.
Ya no vais a romper más mi corazón
con lágrimas de belleza triste,
solitaria y húmeda.
Maldita tierra.
Maldita lluvia.
Maldita lumbre.
Maldita sangre.
Ya no quiero dinero para sobornar más.
No quiero almas en mi noche abandonada,
solamente un beso en la lejanía.
Maldita tierra.
Maldita lluvia.
Maldita lumbre.
Maldita sangre