Javier se decide por fin a grabar en solitario y aprovecha la ocasión
para mostrar otras facetas de su personalidad musical, adentrandose
por los caminos de la balada y canción melódica (entendidos a su manera
por supuesto). Canciones como "Desde tu herida", su lectura de "Puerta de
amor" o la espléndida "Nieve roja", un vals de aires a lo Jacques Brel,
demuestran sus posibilidades en este terreno y presentan a un Corcobado
más asequible e interesado en las canciones de corte clásico. Aunque
tambien hay rock abrasivo ("No puedo caminar") y blues morrisoniano
("Madrugada"), acidez descarnada y sonidos repletos de púas. En suma,
su trabajo más compacto, equilibrado y brillante, envuelto en una muy precisa
producción, nuevamente a cargo de Gonzalo Lasheras, y con la participación 
de un amplio elenco de músicos, desde antiguos compinches de MOV y DTO
hasta habituales músicos de estudio como Billy Villegas, Tony Vazquez o
Marcelo Fuentes. Paralelamente, publicó un epé de poemas con fondos musicales,
algunos de ellos ("incienso", "gasolina") simplemente estremecedores.