Poemas

 Estos poemas están extraidos del libro de poemas de Javier Corcobado "Chatarra de Sangre y Cielo"



 
 

SOPA DE FAMILIA

Yo soy Dios.
¡María, ven a mi cama
a cabalgar en el espíritu santo!
Y no te preocupes
si Jesús llora por la noche,
le daré un valium
y podremos trabajar a gusto.
Miraré debajo de la cama,
por si está ahí Botero
con su jodida morfina.
¿Qué mierda!
Se ha acabado el hielo.
Saca el martini de la nevera.
o, si no, espera,
le pediré unos cubitos a José
y de paso le digo que estás aquí,
para que se joda.
 


 
 
 
CARTERO

Voy meando en los buzones
para que todas las cartas
se conviertan en cartas de amor.

 

 
 
EL ABOGADO ESTIRA LOS PIES SOBRE LA MESA RECITANDO MI CANCIÓN

 El abogado estira los pies sobre la mesa
recitando mi canción.
Me suicido delante de él.
El abogado baja los pies de la mesa
y se acerca a mí.
Me coge de las solapas y me levanta
hasta su cara.
Permanezco de pie,
mientras vuelve hacia la mesa.
  El abogado estira los pies sobre la mesa
recitando mi canción.
Me suicido delante de él.
El abogado baja los pies de la mesa
y se acerca a mí.
Me coge de las solapas y me levanta
hasta su cara.
Permanezco de pie,
mientras vuelve hacia la mesa.
  El abogado estira los pies sobre la mesa
recitando mi canción.
Me suicido delante de él.
El abogado baja los pies de la mesa,
se acerca a mí y me escupe la canción

 


 
 
QUIERO

Quiero retorcer tus labios
hasta que tus ojos esupan lágrimas
que insulten te quiero.

Quiero arañar tus pupilas
hasta que las huellas dactilares de mi pelo
sientan tu más suave caricia.

Quiero meter un lobo
dentro de tu cuerpo y alma
para que la sangre que saboreo

                 sea el amo más envidiable 

 
 
 
 
 
HORRORISTAS

Dinamita en el ataúd de tu novia
asesinada por la corbata
del hipopótamo de colección
con alas en el cuello.
En tu cuello tienes alas.
Horroristas sarcófagos con garras
llaman a tu portal de actitud política
después de desvestir a la multitud
gota a gota a gota a gota a gota.
Eres basura política y médica,
te tomaremos, te votaremos,
te lincharemos, te enmararemos.
Calambres en el ojo del hijo de tu hija
fabricada con bombón de puta;
a su cielo se lo lleva la marea,
una resaca de olas destrozadas
por el a e i o u del pan del bendito
horror.

 

 
 
 
NAUFRAGIO

No estoy en el norte,
no estoy en el sur,
no estoy en el oeste,
no estoy en el este,
pero tengo a alguien a quien amar.

El barco de oro hundiéndose
en este mar de vagas olas;
en este mar de vagas olas
se ahogarán los cigarrillos
y los tiburones tendrán canción;
bandera transparente en los puertos
y flores de acero flotando,
derivando hacia el sueño.

No estoy en el norte,
no estoy en el sur,
no estoy en el oeste,
no estoy en el este,
pero tengo a alguien
a quien besar de lejos.

Buitres y palomas amándose,
manchando de rojo el cielo quebrado;
el viento oliendo a resaca,
los relojes a la velocidad del ruido,
el llanto invita a la risa,
la risa invoca al canto,
el canto llama a la dama
de collar oscuro en el cuello.
No estoy en el norte,
no estoy en el sur,
no estoy en el oeste,
no estoy en el este,
pero tengo a alguien
a quien no olvidar.

Las playas evaporándose:
la arena es verde, la heroína es roja,
la harina es azul.
Abrazado a tu recuerdo
me voy hundiendo callando,
escupiendo en el suelo de oro
de este barco apátrida.

Abrazado a tu recuerdo
escucho tu voz de lejos.
Las sirenas cargando ya sus pistolas,
los peces mandando telegramas
a los pecados vivos de miedo;
bandera transparente en los puertos,
flores de acero flotando,
derivando hacia el sueño
y alguien a quien amar de lejos.

 


 
 
DOBLE MORTAL

A veces la Leucemia
se va a vivir a la sangre del dolor
y todos los días son agosto en martes.
La guerra nos mirará
con la calma de cuatro horizontes de guerra.
Hermana tus brazos de bronce
dejaron cicatrices.
A veces la Leucemia
se va a vivir a la sangre del dolor
 y todos los días son agosto en martes.
Voy a licuar mi alma dentro de ti,
en tu sauna oscura,
donde ahora sólo hay muerte
y después un poquito de vida.

 


 
ÍNFIMO INSULTO

Coches, pesetas,
corazones atravesados por dinero,
flecos falsos en el amor éste de rueda,
de capilla de superficie,
de droga al ras,
de valentía de ilusión.
Pereza.
Por las ranuras de las alcantarillas
habéis de echar el dinero que ganáis
con el sudor de vuestra rendija de culo,
con la sodomía que aceptáis
de todo aquél, aprendiz de practicante
con jeringa en su sien
y en sus tetas antiválidas.

Una fresca brisa
me acerca la balada
del pastor asesino
de su propio rebaño.
Navegando, navegando
mientras nado en el laberíntico lago

                          de mi duodeno. 

 
 

 Estos poemas están extraidos del libro de poemas de Javier Corcobado "El sudor de la pistola 13"



 
 
 
 

VAGABUNDO

Llevo años buscando
el pañuelo con el que limpiaste mi beso.
De papel, con el sello de tus labios rojos,
es.
 


 
 
PÉTALOS DE NAVAJA

Ceniza son los ojos
que han llamado a la muerte
de la mujer que dice
que sus besos son puñales.
Rejas de prisión
son sus  negras venas
por las que anduvo mi amor.
Gris es el recuerdo
dulce y tortuoso
de los riscos crueles 
de su voluntad.
Pero triste era su pelo
la noche que me  hundió
la navaja más larga
en el corazón.
Ya no tengo esclavos
a sus ojos negros,
y ella se llevó los míos
a su sangre eterna
donde nace el amor
 


 
BARRENDERO

Escondo la basura bajo las aceras
y nunca vacío ninguna papelera,
porque no soy barrendero
soy un beso que una vez,
tiraste al suelo de la calle
donde yo vivo muriendo
 


 
 
 
NOCTURNO A ESTREBVINA

Arrancando estrellas negras
está la niña extraña
que a mis ojos sobrevuela,
responsable de las canciones,
con fondo de patatas friéndose,
que acarician los oidos
en La Barca de Oro;
y Pedro Infante al cantar
le sonreía,
y pobre Javier Solis,
al que las rejas no matan
pero si un maldito querer.
 Arrancando estrellas negras
está la niña extraña;
y yo, destrozado en mezcal,
dejo que su querer me construya,
porque largos viajes en tren son 
sus ojos
y sus caderas mi vértigo
y el de las nubes-hembra y macho
que con envidia me miran.
Arrancando estrellas negras
está mi niña de cielo endrino,
que besa con su serpiente
de veneno, hasta los huesos,
febrífugo de confusión
y de malditos recuerdos
y por eso yo la quiero.
Sus pechos fuentes de mi pequeño nocturno
 


 
AMAPOLAS EN LA CUNETA II

Hemorragia de amapolas
en la cuneta de la carretera,
a la vera de la via del tren:

No se escribe la música
del odio con sudor,
sólo con un acto reflejo
de centésimas de segundo,
semejanza del asesinato
oído y no oído.

Hemos llegado al río
que muere en el páramo
del misterio de la niñez
de la literatura basura.
Navegamos por el
sin esperanza de quemar 
ningún barco,
sólo las decenas de cigarrillos,
manecillas del reloj
de nuestras vidas
jovenes y hermosas,
cuchillas de afeitar
besando venas de adolescente enamorada
de profesor de física
plagado de granos de pus
en la nariz y en el glande.

Corto una gran rosa blanca
para la leve y preciosa dama
que me acompaña,
pero el dueño de la flor
me la arrebata de las manos,
y la hace pedazos
antes de guardarla, iracundo,
en su gran cubo de basura.
El tamaño de los cubos de basura
determina el rango de las personas
de una manera indirectamente proporcional.
Mi dama y yo le disparamos
en la cabeza al sujeto
con una pistola de pis,
mezclado de ambos
fruto de la pasada noche,
cuando saltamos la barrera 
de hacer el amor con sangre y huesos.

Pero el pobre río reza
por llegar alguna vez al mar
y así morir en paz.


 
 

Volver a escritos